lunes, 29 de septiembre de 2014

Un otoño caliente

 OPINIÓN.
Como comentaba en un artículo anterior, el verano ya pasó de largo, dejando tras de sí una estela de extrañas sensaciones que se acabarán de definir en los próximos días o semanas. La fecha del 9-N sigue planeando en el horizonte cual luminosa o amenazadora estrella, según desde qué cielo se mire, y casi todo el mundo está con los nervios a flor de piel. Por la calle me tropecé estos días con amigos y conocidos que me preguntaban, “oye, Manolo, ¿y tú qué opinas de la que se avecina? Mis respuestas fueron muy matizadas, en función de la persona que me formulaba cuestión tan delicada. El ejercicio de más de tres décadas de periodismo de calle, me ha enseñado a guardar la debida distancia con según qué interlocutores.
La Festa Major del Prat, que estos días se celebra en la ciudad en la que vivo, ha servido un poco para desviar la atención y enfriar el caldeado ambiente que se empieza a sentir en este comienzo de otoño. También contribuyó  a crear este clima positivo la rueda solidaria que mis amigos del Club Rotario de El Prat plantaron en la Avinguda Verge de Montserrat, y que Amics d’El Prat organizara su VIIè Sopar de Festa Major, en el marco del cual se entregaron los galardones que tradicionalmente otorga esta veterana entidad a destacadas personalidades y entidades locales. Ambos eventos contribuyeron a apaciguar los ánimos sobresaltados de algunos y, lo que es más importante, a reafirmar viejas amistades que creía adormecidas.    
He reservado el párrafo final para mencionar otros asuntos que nos confirma que tendremos un otoño realmente caliente. Por ejemplo, en la radio del coche escuché parcialmente el debate que siguió a la comparecencia parlamentaria de Jordi Pujol. Es tal la perplejidad y el empacho que me provocó, que todavía no he tenido tiempo de digerirlo. Sin ánimo de entrar en el fondo de la cuestión soberanista, que está que arde, días atrás me encontré casualmente en el Mercat de la Plaça de la Vila con el alcalde de El Prat, Lluís Tejedor, quien me confesó que un amigo suyo gallego, con mucha retranca, le había largado que la llamada cuestión catalana se zanjaría de cuajo, si la comunidad de Madrid se animara a tirar adelante un referéndum  para separarse de España. ¡Manda carallo!  Manuel Dobaño (Periodista). Puede leer también este artículo en El Prat al Día.

No hay comentarios: