OPINIÓN.
Hacía tiempo que no se hablaba tanto como ahora de
personajes famosos y famosillos que, por sus trapicheos relacionados con el vil metal, han
pasado por la terapéutica experiencia de ser enchironados. La semana pasada,
las portadas de los periódicos destacaban el ilustre nombre de Jaume Matas, a
quien el juez de vigilancia penitenciaria le anulaba el tercer grado. El
ex-presidente balear y ex-ministro de José Mª Aznar, ‘no deberá volver
automáticamente a la prisión, porque el auto es recurrible’, señalaba la
información. Una vez más, mi amigo (“El Cínico”), siempre al quite de la corrupta
jauría humana que puebla la jungla de la piel de toro, me dejaba caer que “toda
esta piara de personajes pronto estará en la calle”.
La que se ha resistido a entrar en la cárcel es la Pantoja. Ha
sido como la canción de la Parrala, que si entra, que si no entra (al final,
entró). Los paparazzi estaban ya al borde del ataque de nervios, horas y horas
de persistente guardia delante de la ‘Cantora’ para captar el casi religioso instante
en el que la tonadillera partía camino del calvario carcelario. Y todo por
haber ayudado a blanquear unos dineritos de ‘ná’, que el tal Julián Muñoz
expoliaba a espuertas en la pecaminosa Marbella. Con los chapuceros tejemanejes
de esta curiosa parejita de la España cañí, que utilizaba bolsas de basura para
arramblar con los billetes, una vez más, se demostraba que la ambición casi
siempre acaba por romper el saco.
¿Y qué piensan del recluso Francisco Granados, el cabecilla
de la ‘Operación Púnica’?, “eso ya es la repanocha”, volvía a terciar mi amigo.
Resulta que el ex-vicepresidente de Esperanza Aguirre es el actual inquilino de
Estremera, el centro penitenciario que hace seis años él mismo había inaugurado
cuando era consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la comunidad
madrileña. Cuentan que en la nueva residencia de Granados no falta de nada,
pero que no tiene discoteca. También
estos últimos días la prensa se ha hecho eco del ingreso en la prisión de
Quatre Camins del ex-presidente del Barça, Josep Lluís Núñez y de su hijo. “Hay
otros presidentes de fútbol que también deberían estar entre rejas”, terciaba
mi amigo, sin querer dar nombres. Y, a
propósito de personajes que están o aspiran a estar entre rejas, finalmente me
entero de que el Gobierno ha denegado el indulto a José Mª del Nido y a Carlos
Fabra. Manuel Dobaño (Periodista). Puede leer también este artículo en El Prat al Día.
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