lunes, 16 de febrero de 2015

Tiempos de máscaras

 OPINIÓN.
Siempre que el desmadre carnavalesco muestra sin pudor sus lujuriosas y misteriosas máscaras, la mayoría de cadenas de televisión del país acostumbran a fijar su atención casi exclusiva en el glamur callejero, principalmente, de Río de Janeiro, Venecia, Cádiz  y Tenerife, dejando de lado a todo un sinfín de ancestrales tradiciones que, en esa época del año, acontecen en otras partes de la piel de toro. En mi tierra gallega, y más concretamente en la provincia de Ourense, se localiza el llamado ‘triángulo mágico”, que comprende las localidades de Laza, Verín y Xinzo de Limia, donde el ‘entroido’ (carnaval) constituye toda una religión y un sentimiento colectivo de pagana y pecaminosa liturgia.         
Mientras en la ciudad en la que vivo se rendía culto al Rei Carnestoltes y se celebraba con desenfrenado entusiasmo el carnaval ‘dels 7 pecats capitals’, en mi villa natal (Xinzo de Limia), se esforzaban para que su famoso ‘entroido’ sea declarado de Interés Turístico Internacional. La diputada socialista Laura Seara registraba en el Congreso una Proposición no de Ley para instar al Gobierno a tramitar esta distinción honorífica. Por su parte, el concelleiro de cultura, el popular Carlos Gómez se dedicaba a rematar el preceptivo expediente que deberán aprobar las autoridades europeas; al tiempo que trasladaba a la prensa extranjera las excelencias de una fiesta, que dura un mes entero y que tiene en la ‘Pantalla’ su símbolo más reconocido.      
Pero en estos tiempos de máscaras, no todo eran charangas y rúas de alegría, también  trascendían historias reales, cuyos trajeados protagonistas “suelen ir disfrazados de personas honorables”, me apuntaba mi amigo (‘El Cínico’). Por ejemplo, los ilustres defraudadores de la lista Falciani parapetados en el HSBC, y un tal Antonio Arroyo, considerado el mayor estafador hipotecario de España, que forzaba varios desahucios en pocas semanas de clientes que no podían pagar los intereses  del 29% que llegaba a aplicar en sus préstamos. Pero también estos días tenía la oportunidad de descubrir a personas encantadoras, como mi pariente Cristina, que vive en El Escorial y que busca afanosamente descubrir una parte de sus raíces familiares.  Manuel Dobaño (Periodista). Puede leer también este artículo en El Prat al Día.

1 comentario:

Cristina Rodriguez dijo...

Hace unos días Manuel Dobaño me dijo que me iba a dar una sorpresa cuando escribiera su próximo artículo, lo que no me esperaba era que me nombrara en él. Me siento abrumada y feliz al mismo tiempo por el detalle tan bonito que ha tenido. Quiero decirte Manuel que una de las mejores cosas que he hecho al decidirme a buscar mis orígenes paternos es haber conocido a una persona tan íntegra,llana humana,noble y humilde como tú.Eres en mi opinión un crítico al que no le tiembla la mano al escribir ni de llamar a las cosas por su nombre y en este país se necesitan muchas manos como las tuyas. Bueno ya sabes que soy una parlanchina asique no te robo mas protagonismo. Un abrazo de todo corazón de esta humilde Gallega-Leonesa.