OPINIÓN.
Desde hace tiempo que las vengo siguiendo el rastro. Son dos
monjas de las que no me duelen prendas decir que estoy platónicamente enamorado.
Ambas nacieron en 1966; una, allá, en Tucumán (Argentina), y la otra, acá, en
Barcelona. Una es dominica, y la otra, benedictina, y ha coincidido que las dos
religiosas están de actualidad, no por su activismo mediático-social, sino por sus
particulares compromisos políticos. Sor Lucía Caram, que es forofa del Barça y
de su paisano Messi, es de la cuerda de Artur Mas; mientras que Sor Teresa
Forcades, que ejerció de látigo de la industria farmacéutica, se sitúa en una
onda más izquierdosa y soberanista. Para mi amigo (“El Cínico”),’ la
equidistancia ideológica entre ambas’, sería su ideal político.
A pesar de las advertencias vaticanas e, incluso, de los
insultos y de las amenazas de muerte que asegura haber recibido, Caram no tiene
pelos en la lengua y ha dejado claro que quiere seguir ejerciendo su vocación
de ‘monja cojonera’, convencida de que su compatriota, el papa Francisco, no la
dejará en la estacada. Sor Lucía, que tiene fijada su residencia en el convento
de Santa Clara de Manresa, es una monja muy comprometida socialmente y que predica
con el ejemplo, realizando una encomiable labor a favor de los más
desfavorecidos. Consciente de que su ‘discurso molesta’ a la conservadora
autoridad eclesiástica y al propio Gobierno,
del que ha recibido ‘muchas presiones’, Caram ha reiterado que no piensa
dar su brazo a torcer.
Por su parte, Forcades, que pertenece a la comunidad de
monjas benedictinas del monasterio de Sant Benet de Montserrat, y que se
plantea la exclaustración para ser candidata a la presidencia de la
Generalitat, se distinguió por su aguerrida crítica de la vacuna contra la
gripe A. ‘Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas’, es el título de
uno de los libros escritos por esta ilustrada monja, licenciada en Medicina. Confieso
que, cuando descubrí a estas dos religiosas, me quedé bastante alucinado; pero
conforme las iba siguiendo, comprobaba que se trataba de dos mujeres fascinantes
y muy inteligentes y que sus mensajes se acercaban bastante a la praxis de un cristianismo
de base y comprometido con su tiempo.
Mi reflexión final de toda esta ‘sor-prendente’ historia, es
que en la palestra política del país han irrumpido con fuerza, entre otros variopintos
colectivos, los indignados del 15-M de 2011, junto a los de la Plataforma de
Afectados por la Hipoteca, y solamente faltaba la pincelada mística de la Caram
y la Forcades para completar el cuadro. Remato estas líneas la víspera del 24-M,
con mis mejores deseos de que ganen los que todavía están exentos del pecado
mortal de la corrupción.Manuel Dobaño (Periodista). También puede leer este artículo en El Prat al Día.
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