OPINIÓN.
En la emisora de radio de la ciudad en la que vivo, saludamos
la llegada del solsticio de verano invocando a la tradicional verbena de San Juan,
esa mágica y etílica noche en la que la llama de las hogueras purifica las conciencias
descarriadas. De mi Galicia natal, volví a rememorar las mañanas del 24 de
junio en las que, de rapaz, mi querida madre me preparaba agua de rosas para
lavarme la cara. En Letonia, me contaron que, tal noche como esta, los más
jóvenes se iban al bosque en busca de un trébol que jamás encontraban, pero
que, en su lugar, descubrían el amor. Y una Nit de Sant Joan en Cuba, el gerente
mallorquín de un hotel nos agasajó a un grupo de periodistas con una foguera y un cremat de ron, seguido de una loca y libidinosa fiesta salsera.
Tras dejar bien claro que eso de la Noite de San Xoan no es
una fiesta exclusiva de las tierras mediterráneas, y tras precisar que a xardiña (la sardina) era a raiña (la reina) de la versión galaica
de tan desmadrada noche, los tertulianos pasamos a debatir otros asuntos de mayor
enjundia. Por ejemplo, nos adentramos en el proceloso laberinto de la política
catalana, y luego, nos atrevimos a analizar los entresijos de las nada pitagóricas
relaciones existentes entre la UE y Grecia. A la salida de El Prat Radio, me tropezaba con mi omnipresente amigo (“El
Cínico”), quien sin pestañear me vino a decir que “los griegos ya están
trabajando en un nuevo paradigma político, porque la democracia que ellos
inventaron ya no les sirve”. Mi amigo, aprovechaba la ocasión para aclararme
que el nuevo ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo,” no es de Vigo, nació
en Tetuán”.
El sofocante calor veraniego y el incesante petardeo
verbenero de la noche más corta del año (todavía me rechinan los oídos), conseguían
apabullar mis neuronas, razón por la que decidía poner punto y final a estas líneas.
Pero antes les cuento que el escritor y veterinario gallego, Diego Conde Gómez
acaba de publicar un libro sobre el veterinario Joan Rof Codina (1874 El Prat
de Llobregat – 1967 Lugo), considerado una de las figuras más relevantes de la
ganadería gallega contemporánea. A pesar de las escabrosas noticias con las que
cada día nos machaca la prensa canallesca, no hay espacio, pues, para el
desánimo, porque ¡ya ha llegado el verano!, un tiempo propicio para la holganza
y, sobre todo, para reencontrarse con uno mismo.Manuel Dobaño (Periodista). También puede leer este artículo en El Prat al Día.
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