lunes, 5 de octubre de 2015

27-S: Fiesta por triplicado

 OPINIÓN.
En la ciudad en la que vivo, la fecha del 27-S se celebraba por triplicado. Además de ser domingo, coincidía con el penúltimo día de la Festa Major y, de propina, la gente tenía la opción de participar en la fiesta democrática de votar en alguna de las 72 mesas de los 18 colegios electorales de El Prat de Llobregat. De buena mañana, las autoridades locales informaban que la jornada electoral se estaba desarrollando sin apenas incidencias, salvo los clásicos despistes del personal derivados de los carnets de identidad caducados o robados. El desembarco de apoderados del PP, llegados en autocar desde diferentes enclaves patrios (se aseguraba que uno procedía, en concreto, de Castilla-León), sorprendía a más de un lugareño.  

Mi amigo (“El Cínico”) me desvelaba que, entre la larga sobremesa post-comida familiar de cada domingo y su activa participación en diferentes actos festivos de su barrio, no había tenido tiempo material de depositar su voto en la urna; si bien reconocía que tampoco estaba demasiado arrepentido por ello, porque él hubiera querido ‘votar’ más bien a un inexistente partido abstencionista. Al margen del particular punto de vista de mi siempre escéptico amigo, sucedía que, minutos antes de cerrarse los colegios electorales, la prensa empezaba a destacar la ‘histórica’ participación que se estaba registrando en las urnas, cuyo porcentaje finalmente superaba la cifra récord en unas elecciones autonómicas del 77%.   

Conforme iba avanzando el escrutinio electoral, la mayoría de medios internacionales coincidía en destacar que el 27-S se votaba un ‘referendum sobre la independencia de Cataluña’ y no otra cosa. La intensa jornada electoral concluía sin más sobresaltos, más allá de los inevitables rifirrafes protagonizados por los mediáticos tertulianos de las distintas cadenas televisivas, que, según el color ideológico de cada cual, intentaban sentar cátedra con sus encendidos argumentos. Sin pretender entrar en el fondo de una situación política tan compleja, queda claro que, a partir del día después del 27-S, se plantean toda una serie de inquietantes incógnitas que cabrán despejar civilizadamente, con diálogo y sentido común.Manuel Dobaño (Periodista). También puede leer este artículo en El Prat al Día.       

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