Opinión.
La propaganda de ‘Star
Wars: el despertar de la fuerza’, ha sido verdaderamente brutal. Está en todas
partes: en la calle, en la prensa diaria, en la radio, en la televisión, y
hasta soñaba que la peli esa se anunciaba en los calzoncillos que acababa de
estrenar. Jamás antes había presenciado semejante despliegue publicitario. Es
el caramelito que la todopoderosa factoría hollywoodense parece habernos
regalado para distraernos del ‘pactómetro’ derivado del 20D, y del incierto futuro
que nos aguarda. “Puro papanatismo”, según mi amigo (“El Cínico”), quien se
jactaba de haber esquivado tan ‘galáctico virus’ y también de haber conseguido,
por primera vez en su vida, no gastar ‘un puto euro’ en la lotería de Navidad.
Para no contradecir a mi amigo, le confesaba
que, entre mis más firmes propósitos para el próximo año, contemplaba no ir a
ver la película en cuestión, y le añadía que tampoco me había gastado un solo
céntimo en lotería. Además, le desvelaba que no soportaba el programa ‘Oh Happy
Day’, de TV3, una moda musical, asimismo, importada de EE.UU. Por un momento, ambos
nos quedábamos meditando y pensábamos que, quizá, nos habíamos pasado un pelín.
Pero lo que nos reconciliaba con nosotros mismos eran las buenas vibraciones que
los dos habíamos sentido durante la exitosa cena que días atrás organizaron el
Rotary Club El Prat y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), a
beneficio de los niños de Sant Joan de Déu.
Antes de que asome definitivamente
su faz el 2016, quisiera rendir un cálido homenaje a los esforzados hombres y
mujeres que en estas entrañables fiestas han currado a destajo para preparar
los pesados ágapes navideños. Mientras tanto, en la ciudad en la que vivo el
Ayuntamiento presumía de haber casi esquivado las deudas pendientes y de haber
aprobado su presupuesto municipal de casi un centenar de millones de euros. Tan
buenas perspectivas económicas, hará posible, entre otros proyectos pendientes,
hacer realidad el nuevo teatro del Centre Artesà. Y, en esta última misiva del
año, solo me resta desear a todo el mundo, incluidos mis enemigos más íntimos,
‘¡¡UN VENTUROSO AÑO NUEVO!!Manuel Dobaño
(Periodista). También puede leer este artículo en El Prat al día.
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