lunes, 14 de marzo de 2016

Las ‘recetas’ de mi amigo

 Opinión.
De un tiempo a esta parte, la práctica totalidad de los medios de comunicación del país se vienen nutriendo, esencialmente, de un par de asuntos de muy diferente calado. Por una parte, persiste el nudo gordiano que las formaciones políticas implicadas en el pacto de investidura han liado y que todavía no han sido capaces de ‘desfacer’. Mi versátil amigo (“El Cínico”) me contaba que “el potaje político que han intentado cocinar al alimón Sánchez y Rivera, no liga con los ingredientes que echaron a la olla de su particular acuerdo; por cuya razón, es muy difícil dar con el punto justo de la receta”. La solución pasaría, según él, “por no incorporar chorizo alguno al guiso político, porque a más de uno se le indigestaría”.  
      
El otro tema que me hace sentir una tremenda frustración y vergüenza, una vez más, es el relacionado con la tragedia de los refugiados. Las duras imágenes, que diariamente ofrecen las cadenas de televisión, son realmente impactantes. Hombres, mujeres y niños desesperados, abandonados a su suerte, pasando hambre y frío... ¡Qué pena más grande y, al mismo tiempo, qué rabia tan infinita siento hacia los responsables de tanta injusticia! Y toda esta hecatombe humanitaria está sucediendo en una decadente Europa, que ha aparcado la solidaridad, los derechos humanos y demás tratados internacionales. Por mucho que lo intentaba, mi amigo no encontraba dar con la fórmula o receta adecuada para frenar tanto sufrimiento.      

Y en medio de la persistencia de ambas realidades, volvía a irrumpir mi inefable amigo para erigirse en un incondicional defensor de las cigüeñas de Extremadura, que sistemáticamente son malheridas o asesinadas. Las cigüeñas, que años atrás admiré en la población cacereña de Garrovillas de Alconetar, forman parte del patrimonio natural de las tierras extremeñas  y, por supuesto, de otros enclaves peninsulares y europeos.  La solución, evidentemente, no pasa por poner  pinchos y trampas mortales en las torres de las iglesias para intentar erradicar estas zancudas aves migrantes, tal como ha hecho el párroco de Navalmoral de la Mata (Cáceres). Por cierto, una ‘receta’ parecida a la que se utiliza en Europa para contener a los refugiados. Manuel Dobaño (Periodista). También puede leer este articulo en El Prat al Día.

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