lunes, 18 de abril de 2016

La luz del 15-M y la sombra de los ‘listontos’

 Opinión.
Más allá de las cansinas miserias de la política y del escándalo de los papeles de Panamá, me reconfortaba la noticia de la concesión del premio ‘Català de l’Any’, galardón que El Periódico de Catalunya otorgaba a Oscar Camps, abanderado de un solidario socorrismo sin fronteras, que no se mordía la lengua a la hora de denunciar que la Europa de la libertad y los valores ha naufragado estrepitosamente delante de la oleada de refugiados, víctimas de la barbarie de la guerra. Sin embargo, la satisfacción de ver por la tele la gala del citado premio, contrastaba con la tristeza que me producía esta otra información: “La guardia fronteriza macedonia reprime a los refugiados con gases lacrimógenos y pelotas de goma”. 
  
También me llamaba la atención la denominada revuelta de la ‘Nuit Debout’, un creciente movimiento ciudadano, que parece ganar peso en Francia y que me recordaba al que se vivió hace un lustro, aquí, en España. Es mi amigo (“El Cínico”) quien, una vez más, metía baza en el tema que nos ocupa para recordarme que el 15-M de 2011 se fraguó el fin del bipartidismo en nuestro país y supuso el inicio de una nueva era en la que los indignados reclamaban un nuevo paradigma, alejado de la vieja política dominada por el hastío, el caciquismo y la corrupción. La larga sombra de aquel movimiento, que se alumbró en la madrileña Puerta del Sol, y que a mí me tocó vivir periodísticamente en la barcelonesa Plaça de Catalunya, es alargada.  

Todo hace presagiar que los dos grandes partidos que hasta la fecha han dominado el cotarro de la res pública (PP y PSOE), seguirán siendo erosionados por las emergentes fuerzas políticas que se empezaron a germinar el 15-M. Y mientras trascendía la noticia de que habían vuelto a trincar al gallego Mario Conde -en otro tiempo, paladín patrio de empresario ejemplar-, recordaba que en mi tierra gallega solíamos llamar ‘listontos’ a los chavales que iban de sobrados por la vida. Cada día que pasa, otros ilustres nombres, como el del ya ex-ministro Soria (el del impuesto al sol), no paran de engrosar la negra sombra de ‘listontos’, que aún no se han enterado de que el personal ya empieza a estar harto de tanto mangoneo, incluido el del sindicato ese que han pillado con las manos sucias. Manuel Dobaño (Periodista) También puede leer este artículo en El Prat al dia.       

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