Opinión.
Más allá de las cansinas
miserias de la política y del escándalo de los papeles de Panamá, me reconfortaba
la noticia de la concesión del premio ‘Català de l’Any’, galardón que El Periódico
de Catalunya otorgaba a Oscar Camps, abanderado de un solidario socorrismo sin
fronteras, que no se mordía la lengua a la hora de denunciar que la Europa de
la libertad y los valores ha naufragado estrepitosamente delante de la oleada
de refugiados, víctimas de la barbarie de la guerra. Sin embargo, la
satisfacción de ver por la tele la gala del citado premio, contrastaba con la
tristeza que me producía esta otra información: “La guardia fronteriza
macedonia reprime a los refugiados con gases lacrimógenos y pelotas de goma”.
También me llamaba la
atención la denominada revuelta de la ‘Nuit Debout’, un creciente movimiento
ciudadano, que parece ganar peso en Francia y que me recordaba al que se vivió
hace un lustro, aquí, en España. Es mi amigo (“El Cínico”) quien, una vez más,
metía baza en el tema que nos ocupa para recordarme que el 15-M de 2011 se fraguó
el fin del bipartidismo en nuestro país y supuso el inicio de una nueva era en
la que los indignados reclamaban un nuevo paradigma, alejado de la vieja
política dominada por el hastío, el caciquismo y la corrupción. La larga sombra
de aquel movimiento, que se alumbró en la madrileña Puerta del Sol, y que a mí me
tocó vivir periodísticamente en la barcelonesa Plaça de Catalunya, es alargada.
Todo hace presagiar que
los dos grandes partidos que hasta la fecha han dominado el cotarro de la res
pública (PP y PSOE), seguirán siendo erosionados por las emergentes fuerzas
políticas que se empezaron a germinar el 15-M. Y mientras trascendía la noticia
de que habían vuelto a trincar al gallego Mario Conde -en otro tiempo, paladín
patrio de empresario ejemplar-, recordaba que en mi tierra gallega solíamos
llamar ‘listontos’ a los chavales que iban de sobrados por la vida. Cada día
que pasa, otros ilustres nombres, como el del ya ex-ministro Soria (el del
impuesto al sol), no paran de engrosar la negra sombra de ‘listontos’, que aún no
se han enterado de que el personal ya empieza a estar harto de tanto mangoneo,
incluido el del sindicato ese que han pillado con las manos sucias. Manuel Dobaño
(Periodista) También puede leer este artículo en El Prat al dia.
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