Opinión
Durante la fructífera
etapa que ejercí el cargo de secretario general de la Federació Catalana
d’Associacions i Clubs Unesco (FCACU), la palabra SOLIDARIDAD (con mayúsculas),
estaba en la base de la acción cotidiana de la veintena de ONGs que integraban dicha
federación. En mi libro, ‘Memòria d’un compromís’, prologado por Federico Mayor
Zaragoza, explico el devenir de una apasionante aventura que me ayudó a descubrir
realidades ignoradas y a reforzar mi grado de sensibilidad con los más
desfavorecidos. En el V Congreso Mundial que la red civil de la Unesco celebró
(1999) en la ciudad rusa de Ekaterimburgo, hablé de solidaridad y remarqué que “las
líneas maestras que determinarán el futuro de la humanidad, inexcusablemente, pasan
por la erradicación de la pobreza y la defensa del medio ambiente”.
Seguramente, esta es la
razón fundamental por la que vengo dedicando una atención especial a los afectados
por las tragedias de cada día. Además, mi experiencia periodística de más de
tres décadas me hizo reflexionar sobre los valores de la cultura de la paz y de
la justicia. Al Novel, José Saramago, al que tuve el privilegio de entrevistar
a finales de 2006 en la sede barcelonesa de Galaxia Gutenberg, le pregunté si
era posible la paz en el mundo, y esta fue parte de su contundente respuesta: “…Imaginar
al ser humano, como un ser pacífico, es completamente imposible. Pertenecemos,
quizá, a la especie animal más depredadora que existe en el Planeta. Es decir,
que el hombre es el único animal que tortura a sus semejantes”.
Delante de noticias tan
escalofriantes como la de los centenares de refugiados que han vuelto a perder
la vida en el ‘Mare Mortum’, y la de los que morían hace días a causa del terremoto
de Ecuador, no cabe mirar hacia otro lado. Hay que ser solidarios, como lo son
la buena gente que se afilia a una ONG para paliar padecimientos ajenos. En la
ciudad en la que vivo, recientemente, me dieron la oportunidad de formar parte
del jurado que otorgó el ‘Premi Ciutat del Prat’ a dos entidades ejemplares: La
junta local de la Asociación Española Contra el Cáncer y la ‘Associació SAÓ-Prat’.
“Estos son los auténticos héroes que dan sentido a la vida, y no los mangantes
que distraen la pasta en Panamá”, me largaba mi amigo (“El Cínico”).
Fragancia de rosas y libros por todas partes…
“Un Sant Jordi multitudinario” y “Sant Jordi:
40 años en libertad”, son algunos de los titulares de prensa del 23 de abril. “Hoy,
en El Prat de Llobregat, día luminoso de Sant Jordi. La Plaça Blanes
animadísima con la fiesta de la ‘Fira Tapa-Carxofa Prat’. El mercat de pagès, a
tope. La calle Ferran Puig y la Plaça de la Vila, llenas a rebosar. Y fragancia
de rosas y libros por todas partes. ¡Todo perfecto! (Así titulaba yo en alguna
parte la soleada diada de Sant Jordi).Manuel Dobaño
(Periodista). También puede leer este artículo en El Prat al Día.
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