Opinión,
Por
mucho que me esforzaba, no conseguía desembarazarme del tema del que
casi todo el mundo habla desde el pasado sábado, día 1 de octubre: La
crisis galopante del
PP (Partido Partido,
antes PSOE). Todos los medios de información estaban excitadísimos y no
paraban de darle a la matraca, y hasta había un reportero de TV, que
cubría la
noticia en la madrileña calle Ferraz, que iba pertrechado de casco y
chaleco anti-bala. ¡Más madera, es la guerra! Que si votarán no, o si se
abstendrán para facilitar la embestidura de Mariano Rajoy. O sea, PP
versus
PP, si se me permite la licencia. Este
sigue siendo el gran dilema al que se deben enfrentar los actuales
guardianes de una socialdemocracia española que está de capa caída
en Europa.
Mientras
unos se vaciaban cubriendo la extenuante jornada a pie de calle, otros
medios afines al PP se dedicaban a despellejar a Pedro Sánchez. Es mi
inevitable amigo (“El Cínico”), socialista confeso,
además de catalanista converso, quien ponía su particular guinda al
pastel: “Son los poderes ocultos de siempre, en estrecha connivencia con
la prensa afín, y también El País, los que han ido a degüello para
dejar malherido al partido”. Y me ponía el ejemplo
de cierta cadena de radio que, “en lugar de dedicarse a informar
objetivamente del asunto, se esforzaba en vilipendiar con saña al
destronado secretario general del partido”, al que, incluso, “se
atrevieron a hacerle un perverso estudio psiquiátrico”. Verdaderamente,
una locura.
Si
nos atenemos a las bases del partido, el futuro del PSOE se me antoja
más que incierto, porque todavía no he encontrado a un solo militante de
la ciudad en la que vivo que me confiese que es partidario
de que el PSOE se vaya a abstener para hacer presidente a Rajoy.
Aparentemente, todos están instalados en el ‘No es No’, tal como
proclamaban con pancartas en la calle Ferraz, una zona de gente bien, en
la que tradicionalmente se vota a la derecha. La tendencia
de la militancia socialista catalana coincide con lo que han venido
expresando los dirigentes del PSC, con Miquel Iceta a la cabeza, que no
han parado de reiterar que están dispuestos a romper la disciplina de
voto que les vendría impuesta desde la gestora
socialista. Finalmente, ¿qué es lo que votarán los socialistas
catalanes y el propio Pedro Sánchez desde su apartado escaño del
Congreso de los Diputados?
“That is the question”. Manuel Dobaño (Periodista). También pueden leer este artículo en El Prat al Día
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