lunes, 21 de noviembre de 2016

La gran subasta de las promesas fallidas

 Opinión.
Manuel Dobaño (Periodista)
El todavía presidente de EE.UU. Barack Obama, haciendo balance de su gestión como inquilino de la Casa Blanca, se lamentaba hace unos días en Grecia de no haber podido desmantelar la vergüenza de la prisión de Guantánamo, por culpa de los ‘halcones’ republicanos que habitan en el Capitolio. Es una de las fallidas promesas que el primer mandatario negro USA hizo en su día y que, muy a pesar suyo, no ha podido cumplir. Lo mismo le vaticino a su sucesor, el presidente electo Donald Trump, que no ha parado de largar baladronadas y de disparar toda una batería de radicales promesas, las cuales se las tendrá que envainar antes de tiempo, sencillamente, porque una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo.

Mientras tanto, aquí, en suelo patrio, a los que les ha tocado la responsabilidad de coger el toro por los cuernos de la gobernabilidad del país, también están empezando a percibir el aliento de la oposición detrás del cogote. Es mi amigo (“El Cínico”) quien vuelve a meter cuchara en mis asuntos para remarcar que los políticos, cuando van de campaña electoral, “son como los antiguos charlatanes de feria que engatusaban a los bienintencionados parroquianos con sus falsas ofertas”. Pero lo que más le cabrea a mi amigo es que, gracias precisamente a esa gran subasta de falsas promesas (que saben que no podrán cumplir), suman los votos necesarios para conseguir poltrona, lo que, en su opinión, “es un fraude de ley”.

Y en la emisora de radio de la ciudad en la que vivo, los tertulianos debatimos largo y tendido sobre la complejidad de las obras que a principios de 2017 pondrá de patas para arriba la céntrica Avinguda Verge de Montserrat. Se trata de una calculada promesa de los munícipes locales, que está previsto que se convierta en realidad justo antes de las elecciones municipales de 2019. ¡Qué listos que son! También en mi tierra gallega están pendientes de la gran promesa del siglo: la llegada del AVE. Tanto la ex-ministra de Fomento, Ana Pastor, como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, han asegurado que se producirá en el 2018, siempre y cuando que la UE no cierre el grifo presupuestario. O sea que eso de la llegada del AVE a Galicia en el 2018, ‘depende’, tal como dicen por allá. También puede leer este artículo en El Prat al Día.

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