lunes, 12 de diciembre de 2016

La Constitución está enferma, hay que curarla

 Opinión.
Manuel Dobaño (Periodista)
Siempre que nos toca cruzar el puente de la ‘Inmaculada Constitución’ se suele plantear la misma cantinela: la actual Carta Magna, que se define como la ley fundamental del Estado, se ha quedado obsoleta, está enferma y, por lo tanto, hay que reformarla; o si lo prefieren, curarla de una puñetera vez. Esta es la conclusión que cada vez más voces reclaman que se aplique a una Constitución que, en el momento que se alumbró (1978), “estuvo condicionada por el miedo a una nueva dictadura”. Y para empezar a despejar incógnitas, desde fuentes gubernamentales se apresuraban a marcar debidamente el terreno con la premisa de reformar la Constitución, pero con respecto a la ley y siempre y cuando haya consenso. 

Y, en medio del fragor independentista catalán, resultaba que unas cinco mil personas protagonizaban hace días en Sevilla una manifestación soberanista a favor del derecho a decidir andaluz, portando pancartas tan contundentes como, “Andalucía soberana” e “Independencia”. Delante de semejante puzle, “solo faltaría que el virus separatista también contagie a los extremeños para provocar la ira de los Rodríguez Ibarra, Monago y Fernández Vara”, tal como sarcásticamente me dejaba caer mi amigo (“El Cínico”). Y para aguar la fiesta a más de uno, el lehendakari Iñigo Urkullu no se cortaba un pelo a la hora de tratar tan delicado asunto: “En un mundo globalizado, la independencia es prácticamente imposible”. 

Mientras tanto, en Cataluña, los ediles de la CUP animaban a sus correligionarios a trabajar el 6-D, porque, igual que afirmaron el 12-O, “el Día de la Constitución española no hay nada que celebrar”. Para no ser menos, los más moderados de JuntsXSí dejaban caer que el diálogo que ofrece el Gobierno del PP “solo busca limpiar la fachada”. Pero el que se llevaba la palma en todo este embrollo patrio, era el diputado del Congreso por ERC, el inefable Gabriel Rufián, al que autoproclaman “el  político más valorado en Cataluña  y, probablemente, el que despierta más animadversión en el conjunto del Estado”. Para ‘celebrar’ el 6-D, Rufián se desplazaba a Londres para impartir la conferencia titulada: “El candado constitucional”.  “¿Dónde están las llaves?, matarile, rile-rile…”, he aquí la cuestión.También puede leer este artículo en El Prat al Día.

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