Opinión
Que
la prensa le plante cara al impresentable Donald Trump, me parece más
que razonable,
por los muchos ‘méritos’ que lleva acumulados en poco
tiempo el histriónico mandatario norteamericano; pero que
prácticamente toda la prensa madrileña en bloque ignorase la histórica y
multitudinaria manifestación ciudadana que discurría el pasado día 18
por las calles de Barcelona en favor de la acogida a los refugiados, me
parece absolutamente lamentable, y hace un
flaco favor a lo que debiera ser una información veraz e imparcial de
una noticia que sí destacaba la prensa extranjera. Silenciar que más de
160.000 personas se hayan echado a la calle por una causa justa, es,
sencillamente, una burda manera de manipular
la realidad.
Manuel Dobaño. Periodista |
De
un tiempo a esta parte, parece ser que casi todo lo que pasa en la
‘periférica’ Cataluña, y más concretamente, en Barcelona, no exista para
el resto de España y solamente interese aquello que acontece
a la sombra de la diosa Cibeles. El descarado centralismo informativo
es más que evidente en estos tiempos convulsos que nos ha tocado vivir.
Desde mis más de tres décadas de excitante experiencia periodística en
la dinámica comarca del Baix Llobregat, que
inicié en la transición política española, no había observado una
crispación como ahora. Los diferentes medios de información y, sobre
todo, las tertulias radiofónicas y televisivas, están llenas de
demagogos, falsos profetas y más de un periodistas de pacotilla.
Sobre
la manipulación informativa, mi paisano Suso de Toro me comentaba
tiempo atrás en una entrevista que le hice: “La prensa madrileña es
‘ombliguista’, de una gran uniformidad y de un localismo nacionalista
atroz”. En mesetarias tierras madrileñas, alguien, partidario de
intoxicar la actualidad ‘por lo civil o lo criminal’, soltaba por su
boquita que en Cataluña no se puede vivir y que no paramos de atizarnos
la badana. Una vez más era mi amigo (“El Cínico”)
quien me comentaba que, “si tenemos en cuenta la premisa de que lo que
no sale en los medios, no existe; fácilmente deduciremos que la mani pro
refugiados tan solo fue un sueño, una ficción…”; al tiempo que me
profetizaba que “lo peor está por llegar, cuando
se tense aún más la cuerda del asunto ese del referéndum”.También puede leer este artículo en El Prat al Día.
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