Opinión
En
cuanto mi estado de salud me lo permitió, me volvía a subir a mi
flamante bicicleta nueva
para intentar ponerme físicamente en forma. Sin
pensármelo dos veces, accionaba mentalmente mi particular piloto
automático y, primero, me daba un garbeo, a modo de precalentamiento,
por el circuito urbano habitual de la ciudad en la que vivo. Después me
dirigía hasta la tranquila y amplia zona aeroportuaria de la T-2 que
pasa por delante del hangar de Iberia. Y, luego,
me enfilaba en dirección al polígono Mas Blau II, a través del llamado
Paseo de las Palmeras, en cuyo trayecto pude comprobar que, en su
mayoría, habían sido sustituidas por otro tipo de arbolado,
previsiblemente, porque se fueron secando poco a poco.
Manuel Dobaño. Periodista |
Ya
de regreso a casa, y tras la satisfacción de haber podido completar los
30 kilómetros de rigor, me sobrevenía la metáfora del ‘Paseo de las
Palmeras Muertas’, que me insinuaba dejar de lado mis entregas
epistolares semanales para dedicarme de lleno a germinar otros
proyectos pendientes. O sea, que me voy a plantar, para plantar más
‘árboles’, sencillamente, porque tengo que acabar de rematar de una
puñetera vez mi tercer libro “El
Opinador (entre el hoy y el ayer de la noticia)”. El cuarto libro en el que también estoy enfrascado se titula provisionalmente “Mi amigo, El Cínico”, personaje que es un compendio, en parte, de mi alter ego y
de la suma de algunos de mis amigos y vecinos más cercanos.
Y
en plena eclosión de la primavera, una vez más, acudía a mi mente el
tópico ese de que, para dejar rastro en la vida, hay que tener un hijo,
plantar un árbol y escribir un libro; un requisito que, creo,
he cumplido con creces. Pero, una vez más, era mi inevitable amigo (“El
Cínico”), quien presumía, además, de haber subido en globo en Igualada.
Los que, asimismo, se han plantado son los de la ‘Plataforma das
Árbores da Limia’, que se oponen radicalmente a
que se talen los plátanos centenarios de la Avenida de Celanova
(Xinzo de Limia-Ourense); mientras la Xunta de Galicia se
reafirma en su intención de cargarse los referidos árboles “para llevar a
cabo el proyecto de renovación de esta vía, que permitirá mejorar su
seguridad”.
También puede leer este artículo en El Prat al día.
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