Opinión.
El sábado tuvo lugar una emotiva y multitudinaria manifestación contra los atentados terroristas en Las Ramblas y en Cambrils.
Centenares de miles de personas se unieron para clamar por la paz y para advertir a los terroristas que el miedo es una opción que no se contempla.
No obstante, el hecho de que algunas personas, bueno más bien bastantes, portasen banderas independentistas y abucheasen a representantes del gobierno central con Mariano Rajoy y el Rey de España, Felipe de Borbón a la cabeza, ha levantado la polémica.
Cierto es que también hubieron algunos manifestantes que intentaron repartir banderas españolas, con poco éxito, pero esto parece que no molestó a nadie.
Cierto es que también hubieron algunos manifestantes que intentaron repartir banderas españolas, con poco éxito, pero esto parece que no molestó a nadie.
No cabe duda que no era el momento de alzar esta queja, que a mi juicio estaba fuera de lugar, pues difuminaba peligrosamente el motivo de la manifestación y contra quien se protestaba, los crímenes los han cometido los terroristas y nadie más.
Si no es de recibo admitir que se ataque a la policía catalana con argumentos espurios sobre su eficacia en la lucha contraterrorista, tampoco lo es que se aprovechase la manifestación del sábado para expresar ideas que , en palabras de un honorable del nacionalismo catalán, no tocaban.
Pero esta actitud de la ciudadanía, no es más que un síntoma, la clara manifestación de que España ha perdido a Catalunya.
Algunos partidos como el PSOE, han sabido ver el problema y , haciendo de tripas su jacobino corazón, han propuesto medidas que podrían contribuir a paliar el conflicto. Pero otros como el PP o Ciudadanos, con una torpeza fuera de toda lógica, han jugado al todo o nada y al paso que van parece que va a ser nada.
Con esto no quiero atacar a ninguna opción, porque en democracia todos los planteamientos son válidos, pero a tenor de lo que vamos viendo, parece que los partidos independentistas van ganando la batalla, al menos la de la opinión pública catalana, que ya se ha independizado , cuando menos emocionalmente, de España.
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